Con la actuación del cuarteto del trompetista suizo Erik Truffaz dio comienzo un nuevo ciclo de conciertos del programa 365 Jazz Bilbao, que gracias a una política de actuaciones muy atractiva ha colocado a la capital vizcaína a la vanguardia del jazz en España.
Si hay que medir los conciertos por la rapidez con la que suceden, que su final es una sorpresa inesperada y que los espectadores se quedan con ganas de más, entonces el concierto del Erik Trufazz Quartet fue todo un éxito, pues los setenta minutos de actuación pasaron como una exhalación.
Había mucha expectación por ver a este trompetista como se puso de manifiesto con el lleno que acogió el auditorio del Museo Guggenheim, y por el hecho de que las entradas ya se había vendido todas varios días antes. Y Truffaz no defraudó.
El meollo de la actuación estuvo compuesto por los temas que componen su nuevo disco; In between. Arrancaron con Secret of th dead sea, y a lo largo del set tocaron temas como Fujin, Lost in Bogota y el tema que da título al álbum. El resto del concierto se completo con temas de anteriores discos como Arroyo, Tic-toc, Miss Kaba y The Dawn. Sólo ocho temas, de muy larga exposición que fueron suficientes para dar cuenta de la propuesta musical de esta formación.
El propio Erik Truffaz ya lo ha dicho en más de una ocasión; el no quiere inventar nada, sino que lo que hace es coger otras músicas y mezclarlas. Y esta falta de pretensiones y petulancias es lo que hace atractiva su música. El trompetista sabe mezclar muy bien los sonidos de una jazz muy clásico –el sonido de su trompeta es muy limpio y claro con Miles Davis al fondo- con las corrientes sonoras más contemporáneas, sobre todo con el drum&bass. El resultado de todo ello es un jazz muy amable, que se podría denominar algo así como jazz lounge o jazz cool, entendido esto último en el sentido de la modernidad más ‘chic’.
Si Truffaz fue el protagonista de la noche, ya no sólo con su trompeta y sus delays y otros pedales, no le fue a la zaga su teclista, Benoît Corboz que con el Fender y el Hammond llevó a la audiencia a una regresión a los años setenta. Marc Erbetta llevó muy bien a la banda con la batería y otros sonidos pregrabados, y el único que pasó más desapercibido fue el bajista que sólo pareció despertar cuando realizó su, por otro parte, notable solo.
José Manuel Pérez Rey
En Barcelona
En la sala 3 del Auditori de Barcelona se ha podido comprobar, una vez mas, el enorme talento que contiene la trompeta de Erik Truffaz (Suiza, 1960). Esta sala tiene por nombre Tete Montoliu, el probablemente mejor músico de jazz nacido en Cataluña y que mejor homenaje que recibir uno de los mejores músicos de jazz en Francia.
Truffaz presentaba su último trabajo discográfico In Between, donde ha vuelto a juntar al cuarteto que realizo la grabación del disco del año 2007 Arkhangelsk con la excepción de la ausencia de Pat Muller sustituido por Benoît Corboz.
La música de Truffaz nace del jazz contemporáneo y lo fusiona con el hip-hop, el rock, world music y música electrónica, esto hace que sea conocido por ser “el Papa del electro-jazz”. También son conocidas sus actuaciones por su particular estilo de improvisación.
El publico que llenaba la sala agradeció, con fervor y entusiasmo, la profesionalidad del cuarteto y los interminables temas que tocaron, subiendo y bajando de intensidad como si se tomaran descansos entre ellos.
Oliver Adell Torne
Músicos: Erik Truffaz (trompeta); Marcello Guiliani (bajo); Marc Erbetta (batería); Benoît Corboz (Fender Rhodes/Hammond) Lugar: Auditori de Barcelona // Museo Guggenheim. Bilbao Fecha: 12 de febrero // 15 de febrero de 2012 |