Michel Portal, levantando el ánimo jazzísitco

El clarinetista bajo y saxofonista francés Michel Portal tuvo que desafiar en la noche del jueves en la Plaza de la Trinidad a uno de los retos más difíciles, creo, a los que se tiene que enfrentar un músico: levantar el ánimo de una audiencia abatida después de haber escuchado un concierto previo que, en el mejor de los casos, sólo se puede calificar de soporífero (permitirme que no mente a la bicha, pero sí diré que lo que tocaron fue neo-ruralismo musical, o algo así).

Michel Portal (84 años) es uno de los más celebrados músicos franceses y uno de los puntales del free jazz en Europa. Este músicos, nacido en Bayona (Francia), tiene una larga relación con el Jazzaldia, como él mismo se encargó de recordarlo, cuando aludió a su paso por el festival junto a Joachim Kühn (quien en la edición de este año el próximo domingo, día 26, en un concierto a piano sólo) y Daniel Humair en 1986, compartiendo cartel con nombres como Don Cherry, la Vienna Art Orchestra o un tal Miles Davis, entre otros.

El Michel Portal New Quintet. (Foto: Lolo Vasco/Jazzaldia).

Michel Portal se presentó con su nueva banda, el New Quintet, una estimable formación en la que se encuentran músicos tan relevantes como el pianista serbio Bojan Z. (de Zulfikarpašić), un hombre tan peligroso en el piano que ha nada que te descuidas te puede robar el concierto; el baterista norteamericano Jeff Ballard, habitual del trío del pianista Brad Mehldau, el contrabajista francés Bruno Chevillon y el trombonista alemán Nils Wogram, que están a la altura que se les exige.

Aunque Portal y los suyos hicieron free jazz, no dejó de sorprender que lo hiciesen en su vertiente más carnal, por así decir, y no tanto por su lado más intelectual (o pretendidamente intelectual, pues es bien sabido que la pedantería y petulancia se esconde en los detalles).

Liderado por un hombre de 84 años, que demostró un vigor y una energía inusual para un hombre de esa edad, y que por momentos me recordó a Gato Barbieri en sus movimientos con las manos, el quinteto no se quedó detrás del jefe y protagonizó momentos de verdadera intensidad jazzística, como por ejemplo el sólo de Jeff Ballard en el tercer tema de la noche.

Igual los temas tenían título, no los presentó, pero daría igual, porque de lo que se trataba era de, a partir de unas mínimas notas, tocar lo que a cada uno se le ocurriese en ese momento;: más improvisación ya no se puede pedir.

Es seguro que el Michel Portal New Quintet le levantó a más de uno del ánimo. Me consta. Y eso es ya de por sí, habida cuenta de las circunstancias, un triunfo.

D.J.