Miguel Rodriguez es un pianista madrileño que lleva más de diez años afincado en los Países Bajos, donde recientemente grabó su primer disco como líder junto con el contrabajista Steven Zwanink y el batería Wouter Kühne. Actualmente, además de seguir con sus labores como ‘sideman’, está reparando la gira de presentación del álbum, que comenzará el próximo mayo en holanda, así mismo encabeza el trío que comparte con Javier Calle y Miguel Benito, con el que está girando por varias ciudades españolas. Con motivo de su último concierto en la sala Bogui, hablamos sobre su nuevo trabajo, además de algunos aspectos de su trayectoria, sus influencias y su sonido.
Acabas de lanzar tu primer disco a trío, ‘Keepsake’, hace poco más de dos semanas que ha salido a la luz, ¿qué es ‘Keepsake’ y qué inspira a este álbum?
‘Keepsake’ es en realidad una palabra que yo tampoco conocía hasta no hace mucho y decidí usarla en mi disco porque es un sinónimo de ‘souvenir’, como un recuerdo que te transporta a algún momento vivido, es algo personal. Cuando te planteas hacer un disco hoy en día no lo haces con perspectivas a venderlo de forma masiva, por eso me gusta la idea de que mi disco sea ese recuerdo, ese ‘souvenir’ que se lleva la gente de mis conciertos, que suele ser cuando se venden.
Por otro lado, he de decir que en parte me influenció un pianista que actualmente escucho bastante, Bill Charlap, que tiene un disco que se titula precisamente ‘souvenir’. Me gustó mucho esta idea, el concepto y significado de ‘souvenir’ en este contexto, por eso me puse a investigar sobre este hasta que llegué a ‘keepsake’, que me gusta todavía más que la idea original.
[su_pullquote align=»right»]«La Haya, tiene fama de ser la capital del be bop en Europa»[/su_pullquote]
Después de tanto tiempo trabajando como músico fuera de España, ¿en qué aspectos de tu música crees que ha influido?
Ahora mismo podría decir que en todo, es una cuestión sobre la que podríamos hablar bastante, pero digamos que en mi caso, todo el desarrollo enfocado a dedicarme profesionalmente al piano fue en un entorno muy distinto al que hay o hubo en España.
Holanda es un país que tiene una tradición de jazz tremenda, ya desde los años treinta existían muy buenas bandas, y también fue el primer país europeo en tener un conservatorio superior en los años setenta. Este tipo de factores hacen que la tradición esté muy arraigada y la gente viva el jazz de una forma más cercana, también es relevante en este aspecto la cantidad de músicos de Estados Unidos que han pasado por allí a lo largo de los años. Creo que todo esto se traduce en un amor a la tradición y una manera de entender el jazz muy diferente a la que se da aquí.
Si hablamos de estilos, donde vivo actualmente, en La Haya, tiene fama de ser la capital del be bop en Europa, aunque cada vez son más visibles estilos más contemporáneos.
Personalmente, me gusta beber un poco de ambas cosas, pero sin lugar a dudas, lo que más me gusta del ambiente de allí es que, independientemente de lo que hagas, se respeta mucho la música, de esto me di cuenta tocando con muchos músicos, con varias secciones rítmicas que tienen interiorizado un repertorio, un lenguaje, una forma de tocar, que hacen que los temas caminen de una forma diferente.
Este trabajo nace completamente de ti, durante estos últimos años te has rodeado de músicos de primera fila como Branford Marsalis o Bob Sands, ¿cómo ha sido trabajar con estos iconos del jazz?
Cada músico es un mundo, sin embargo, es verdad que hay una tendencia en los norteamericanos en ser un poco duros, en exigir lo máximo y no ofrecer demasiadas facilidades, en el caso de Branford fue un poco así, pero tampoco se puede generalizar, hay grandes músicos de jazz que son muy buenos dentro y fuera de los escenarios. Por ejemplo, cuando estuve con Peter Bernstein estuve muy relajado, nos lo pasamos muy bien y me pareció una persona increíble, sonamos mucho mejor que si hubiese generado una situación más tensa, estoy seguro.
[su_pullquote]«Hay una tendencia en los norteamericanos en ser un poco duros, en exigir lo máximo y no ofrecer demasiadas facilidades»[/su_pullquote]
¿El planteamiento es diferente al de trabajar con otros músicos, en cuanto a nivel de exigencia, de compenetración, etc.?
Hay gente muy diferente en esto, y en el caso de Marsalis, puedo decir que el bolo salió muy bien, pero nos lo ponía difícil en general, tampoco fue tan malo, quizá podría habernos facilitado las cosas en cuanto a repertorio u otros aspectos, pero también entiendo esta forma de ser, es un poco a lo que te referías, a ese nivel de exigencia o excelencia que imponen figuras de tanto peso.
Volviendo a tu disco, ¿por qué este formato a trío?
Llevo muchos años, desde que empecé a tocar profesionalmente, tocando para otra gente, como ‘sideman’, es una cosa que siempre quise, estudiar mucho, despreocuparme de muchos de los problemas que conlleva tener un proyecto propio, y que la gente me llame para tocar. Sin embargo, después de tantos años, me apetecía hacer algo mío, y quería hacerlo a trío. Creo que empecé a hacerlo ya demasiado tarde y es que este formato, además de gustarme mucho, creo que es un paso obligado como pianista, es lo máximo, exige mucha responsabilidad y mucha concentración, el peso de lo que suena recae en mayor medida en el piano y lo considero un desafío, es un formato difícil, por eso la recompensa es mayor, sobre todo cuando obtienes resultados con los que estás contento y te satisface lo que suena.
Hace varios años empecé con mis proyectos, probé con un quinteto e hice varias cosas que no tienen nada que ver con lo que hago ahora, pero llegó un momento en el que tuve claro que lo que quería era esto, tocar a trio y tocar mis arreglos y mis composiciones.
[su_pullquote align=»right»]«Es una cosa que siempre quise, estudiar mucho, despreocuparme de muchos de los problemas que conlleva tener un proyecto propio»[/su_pullquote]
Algunos temas tienen títulos que me llaman mucho la atención, como ‘Claudia’s favorite’, ‘Creepin’ in’ o ‘No smokin’’, ¿puedes hablar un poco sobre ellos?
Bueno, he de decir que muchos de los temas son arreglos de grandes pianistas y músicos, el único tema propio de este álbum es el primero, ‘Claudia’s favorite’, los otros dos que mencionas son de Horace Silver, que es uno de mis compositores favoritos. Escogí estos temas porque no son muy conocidos y me parecieron un buen material sobre el que trabajar y hacer arreglos a trío.
Cuando escojo uno u otro tema lo hago en función de mis gustos, de lo que me gusta tocar, por eso estos temas que originalmente están en quinteto, los adapto a mi formato y no los escojo con ninguna pretensión más allá de interpretar una música con la que estoy cómodo y que me gusta.
¿Cuánto hay de composición y cuánto de improvisación en este disco?
No, los arreglos están escritos de arriba a abajo. La improvisación únicamente está en los solos y salvo estos temas que siguen, por así decirlo, el arreglo original, los de Horace Silver, el resto de trabajo lo hice yo, son standards a los que les di mi punto de vista, siempre dejando espacio para los solos de batería, contrabajo y piano.
He escuchado el disco y me llama la atención la diversidad y el dinamismo de los temas, tanto en las baladas como en los temas rápidos. Si tuviese que poner una etiqueta diría que es jazz tradicional, tirando a swing, pero hay ideas muy avanzadas, muy progresistas, ¿tú qué opinas respecto a este tipo de clasificaciones, cómo definirías tu sonido?
Yo diría que lo que hago es jazz tradicional, pero siempre dejas puertas abiertas a nuevas ideas, es decir, todos venimos de copiar a todo el mundo, nos movemos con una paleta de recursos amplia, todo eso que hemos sacado de Oscar Peterson, Wynton Kelly, Red Garland, Horace Silver, y muchos otros músicos, todos estos recursos que ‘robamos’, confluyen en una única persona que los hace suyos y que los usa en función de sí mismo, por mucho que quieras parecerte a alguien, es una tarea muy complicada, porque al fin y al cabo el que toca eres tú y no otro. Supongo que este disco es un poco eso, el resultado de lo que he estudiado y lo que me gusta, y eso es lo que se refleja. Pero si, si hablamos de etiquetas diría que es un disco de jazz tradicional, la máxima importancia la tiene el swing y que la música camine.
[su_pullquote]«Lo que hago es jazz tradicional, pero siempre dejas puertas abiertas a nuevas ideas»[/su_pullquote]
Para finalizar, háblanos un poco de lo que vas a hacer próximamente, cuáles son tus planes respecto a este disco y a los próximos conciertos.
Ahora mismo estoy tocando bastante con el trío con el que suelo tocar aquí en España, junto con el saxofonista valenciano Víctor Jiménez, tocamos algunos temas de mi disco, pero es otra cosa completamente distinta.
De ‘Keepsake’ hice una presentación breve aquí en España en enero, pero todavía no tenía el disco definitivo. Realmente esta va a ser en Holanda y empezamos ahora en mayo, seguramente venga a presentarlo a aquí más adelante, pero ya cuando esté preparando el siguiente disco, porque creo que lo importante es seguir avanzando.
Sea como sea voy a seguir con el formato a trío, lo que puede que cambie es el concepto, no lo tengo claro todavía, pero me gustaría hacer un disco solamente con temas originales, que seguramente se parezca un poco a esto, en la onda tradicional, pero la idea que tengo en mente es esa, escribir mis temas y llevar a cabo un proyecto propio en su totalidad.