‘Lo que no vemos lo que el arte ve’ es el nuevo libro de Graciela Speranza (Buenos Aires, 1957), quien está considerada como una de las más destacadas ensayistas actuales en español.
Crítica, narradora, guionista de cine, y actualmente codirectora de la revista ‘Otra Parte’, ha sido docente en las universidades de Buenos Aires, Columbia y Cornell, y a día de hoy enseña Arte Contemporáneo en la Universidad Torcuato Di Tella de su Argentina natal.
Con su nuevo libro Graciela Speranza quiere dar cuenta, a través del trabajo de distintos creadores, sobremanera “artistas” multimedia y escritores de ficción, de lo que ella considera que es uno momento crítico en el desarrollo de la humanidad ejemplificado en el polémico concepto de ‘antropoceno’, al menos si hacemos caso a Jesús Zamora Bonilla.
En esta presentación de las formas y maneras existentes para dar a ver (¿dar a ver?) lo que se nos oculta en el mundo –sea lo que esto sea-, llama la atención la total ausencia de la pintura, la escultura y la poesía, que parece que ya están ciegos para explicar lo que nos rodea; en favor de expresiones “artísticas” como las ‘perfomances’, los trabajos con las pantallas digitales, donde el concepto y el proceso son la clave, y los relatos fragmentarios.
Hay un elemento llamativo en ‘Lo que no vemos, lo que el arte ve’ que llama la atención; mientras que los artistas performativos son personas e instituciones perfectamente desconocidos para el público -salvo para los eruditos y los muy interesados, que no son tantos-, en la parte dedicada a los narradores presenta a autores tan conocidos como Jorge Luis Borges, Karl Ove Knausgård y, entre nosotros los españoles, Agustín Fernández Mallo.
‘Lo que no vemos, lo que el arte ve’ tiene a su favor que es un libro que no deja indiferente porque plantea, para bien y para mal, preguntas, acaso ya no modernas, como ¿qué es es el arte?, ¿quién es artista?, y, como preguntó Josep Pla: ¿Y esto, quien lo paga?.
Pero bueno, es seguro que estoy equivocado y que soy un reaccionario anclado en el siglo veinte y que Graciela Speranza hace lo que hace porque entiende que es su deber moral.
I. Letrado
Editorial: Anagrama Páginas: 190 Año: 2022 |