Músicos: Kim Kashkashian (viola), Sarah Rothenberg (piano, celeste; Steven Schick (percusión), Houston Chamber Choir (voces), Robert Simpson (dirección) Discográfica: ECM Distribuidora: Distrijazz Año: 2016 Estilo: Música contemporánea |
Inaugurada en 1971, lo que se conoce en la actualidad como ‘Capilla Rothko’, fue un encargo que Dominique y John de Menil, dueños de la Fundación Menil, una de las más importantes de Estados Unidos, le hicieron al pintor Mark Rothko, una las figuras claves del expresionismo abstracto americano.
En un principio la capilla iba a tener un carácter católico, no en vano está situada en la universidad católica de Houston, pero su éxito desde el primer momento hizo que se convirtiera en lo que es hoy, una capilla, museo y foro en el que se llevan a cabo ceremonias de todos los credos, cursos y conferencias, buscando la experiencia y conocimiento de las diferentes tradiciones espirituales. Puro ecumenismo.
En el mismo año de su inauguración el matrimonio Menil encargó al compositor norteamericano Morton Feldman que compusiese una obra tanto en recuerdo del pintor, que se había suicidado un año antes, como para enaltecer y dar mayor significado a ese espacio. De esta manera la ‘Capilla Rothko’ se convertía en una suerte de obra total, donde se aunaban todas las artes.
Feldman compuso una obra eminentemente elegiaca, minimalista y muy densa. Y esto es lo que se recoge en este disco protagonizado por la violista Kim Kashkashian, la pianista Sarah Rothenberg y el percusionista Steven Schick y el Houston Chamber Choir.
Sin embargo Kashkashian, Rothenberg y Schick han querido ir un poco más allá y presentan un disco en el que se pone en relación a Feeldman con algunos de los compositores más importantes del siglo XX, como son el francés Erik Satie, con lo que los intérpretes también lanzan una mirada al final del siglo XIX, y el americano John Cage, una de las grandes figuras de la vanguardia musical del siglo pasado.
Música estática, inmersiva, exigente y difícil, muy difícil de escuchar (no es una música para todos los públicos, hay que estar interesado por ella y, de alguna manera, amarla- aunque sea secretamente), pero a la vez gratificante cuando se adentra en sus profundidades.
Si alguien quiere saber qué eso de la vanguardia musical, ¡aunque sean obras con más de treinta años de existencia!, que escuche este disco. Avisados quedan.
Q.E.D.