St. Paul & The Broken Bones: The alien coast

‘The alien coast’ es el título del cuarto disco de los St. Paul & The Broken, el grupo originario de Birmingham (Alabama, EE.UU).

Aquí somos muy de St. Paul & The Broken Bones desde que los descubrimos allá por el año 2014 cuando editaron su primer disco ‘Half the city’, donde aparecía la memorable ‘Call me’.

Después se nos escapó ‘Sea of noise’ del año 2016, pero en el año 2018 con su ‘Young sick camelia’ los volvimos a recuperar y a disfrutar como monos con temas como ‘Apollo’ y ‘LivWithout U’, canciones que hemos disfrutado hasta hacer ensordecer nuestros oídos.

‘The alien coast’ no tiene nada que ver con sus anteriores trabajos.
Si en las anteriores entregas el neo-soul de tradición sureña estaba muy presente, en este casi brilla por su ausencia.

Aquí hay soul (poco), psicodelia (bastante), ‘stoner metal’ (mucho) y funk (escaso).

Si en anteriores discos St. Paul & The Broken Bones eran un octeto, aquí han quedado reducidos a poco más de un cuarteto, pues los vientos prácticamente han desaparecido en la práctica de esta grabación –aunque es seguro que estarán en sus directos.

Con todo lo anterior no quiero indicar que el disco sea mediocre o flojo. Todo lo contrario, mantiene un nivel medio muy notable. No hay grandes caídas en las composiciones pero tampoco esos puntazos que aparecían en sus anteriores entregas.

Entre los temas más destacados hay que mencionar dos baladas que aparecen al final del disco. Se trata de ‘Popcorn ceiling’ y ‘Love letter from a red roof inn’, que demuestran la valía del grupo.

Y para los más bailones hay que mencionar su ‘Last dance’, un caramelo de pista de baile.

Vale mencionar, también, el tema ‘Bermejo and the devil’, una oscura composición de rhythm and blues futurista basada en un cuadro de pintor renacentista español Bartolomé Bermejo.

Y lo que sigue siendo imprescindible en la música de St. Paul & The Broken Bones es la voz de su cantante y líder, el gran Paul Janeway -que gran cantante ha ganado el soul y que suerte hemos tenido de que no haya acabado de vende biblias en el centro de los Estados Unidos.

Vale.