Músicos: Lucky Peterson (teclados, guitarra eléctrica, voz), Shawn Kellerman (guitarra eléctrica), Tim Waites (bajo) Raúl Valdés (batería) Lugar: Auditorio al Aire Libre del Portón del Jazz. Alhaurin de la Torre (Málaga) Fecha: 15 de julio de 2016 |
El estadounidense Lucky Peterson demostró el pasado viernes, 15 de julio, durante la segunda noche del festival Portón del Jazz en en Alhaurín de la Torre por qué sigue siendo considerado una de las grandes figuras del blues, con un concierto abrasador y lleno de fuerza y talento, que hizo vibrar a los espectadores que acudieron en masa a presenciar su actución.
El millar de personas que llenaron hasta arriba el auditorio se entregaron a la energía y el talento del artista, uno de los grandes ‘bluesman’ de la música americana que se entregó entusiasmado a un público con el que conectó desde el principio.
Poco después de las 22.30 horas irrumpía en el escenario principal la banda de Lucky Peterson, aunque el líder de la formación se hizo esperar un poco más. Su guardia pretoriana, un potente trío de talentosos músicos, calentaron el ambiente con sus eléctricos ritmos en la guitarra, el bajo y la batería. A los pocos minutos salía a escena la estrella neoyorquina, que en seguida se metió al público en el bolsillo.
Su voz potente y su dominio del teclado, el actual y el clásico órgano con pedal, así como de la guitarra eléctrica, se elevaron en un poderoso conjuro, en un espectáculo lleno de energía, fuerza e intensidad.

Lucky Peterson ofreció un gran concierto en la segunda noche del Portón del Jazz.
Considerado como uno de los grandes valedores contemporáneos del blues eléctrico, en su actuación dejó también patente las demás influencias de las que ha bebido a lo largo de su ya dilatada carrera, desde el rock al soul.
De Peterson se ha dicho que es un ejemplo de la cultura musical por transmisión genética que evoluciona hasta convertirse en referencia del género. El ha sabido dar una dimensional emocional propia a su música.
En Alhaurín de la Torre, donde acudía por primera vez, dejó su sello personal, con un espectáculo arrollador en muchos momentos, y más sosegado y relajado en otros, pero siempre con el talento en primer plano.
J.L.