Músicos: José Miguel Carmona (guitarra), Juan Carmona (guitarra), Toumani Dibaté (kora), Javier Colina (contrabajo),… Lugar: Auditorio Natural de Lanuza. Lanuza (Huesca) Fecha: 15 de julio de 2016 |
Si veinte años no son nada, treinta aún lo son menos. Todo este tiempo, todo una vida de amor, lecturas, comidas, paseos, crisis económicas y la madre que nos parió, han tenido que pasar para que pudiéramos ver de nuevo en un escenario a Songhai.
Para quienes no lo sepan, o no lo vivieron, Songhai significó todo un cambió, un revolución, en la música española, y me atrevería decir que europea. Que tres gitanos (Antonio Carmona, José Miguel Carmona, Juan Carmona; esto es los Ketama), un malinense que toca la kora (Toumani Dibaté) y un contrabajista de jazz británico (Danny Thompson) facturasen una música mestiza, viva, que no sonaba impostada, fue todo un soplo de aire fresco. Y todo esto ocurrió en 1988. Después hubo un ‘Songhai 2’ pero aquello ya no fue lo mismo, fue parecido, pero no fue lo mismo.
Y ahora, 30 años después, y con motivo del 25 aniversario del festival Pirineos Sur se han vuelto a juntar. Faltó Danny Thompson, sustituido por el inmenso Javier Colina, pero los demás estaban todos. Y nuevamente todo funcionó de una forma que podría decirse, si no fuese un tanto hiperbólica, milagrosa.
Sorprendieron al arrancar con un tema de su segundo trabajo, ‘Djamana Na Jana’, que sirvió como toma de contacto y caldear la fría noche pirenáica, pero a continuación sonaron tres clásicos absolutos como son ‘Jarabi’, ‘Mani Mani Kuru’ y la aplaudida y esperada ‘Vente pa Madrid’. Ahí ya un delirio.

Songhai se reencontraron treinta años más tarde. (Foto: Pirineos Sur).
Lo mejor que podía pasar es que el sonido de unas canciones que tienen casi 30 años siguieran sonando modernas, atractivas y, sobre todo, valientes. Así fue. Ni el tiempo, ni la distancia entre los músicos hizo mella en ellas (llevaban 20 años in verse los gitanos y el malinense).
La banda, con coro de tres voces y dos percusionistas más el cajón, la guitarra y la kora, desplegó un sonido excelente y cálido y rehuyó de un volumen alto para ocultar carencias, apostando por los detalles y sutiles arreglos. Para los bises se dejaron uno de los temas más preciosos que han compuesto y un valor seguro para el directo: ‘África’.
Excelente concierto, que será inolvidable para todos aquellos que allí estuvimos.
Y.M.