Sergi Pàmies es uno de los escritores catalanes más destacados de su generación tal y como se puede comprobar ya no sólo por la cantidad de premios literarios ganados (que ya no significan casi nada a estas alturas de la vida) sino por su propia literatura.
En este sentido no puedo dejar de mencionar títulos suyos que me hicieron disfrutar de su capacidad literaria para el relato corto, como son «Debería caérsete la cara de vergüenza», «Si te comes un limón sin hacer muecas» o «Canciones de amor y de lluvia».
Ahora, y por estas cosas de la vida (la privada, por así decir, y la editorial) recupera en su sólo volumen, que lleva por título «Tres novelas analógicas» sus tres primeras novelas «La primera piedra» (1991), «El instinto» (1992) y «Sentimental» (1995).
Lo del título merece una explicación, que se encarga de darla el propio autor en el Prólogo que ha escrito para esta edición, y es que las tres fueron escritas cuando no existía internet, ni móviles, ni buscadores online, ni guasaps, ni nada de esto con lo que (con)vivimos cada día de nuestras maravillosas vidas. Pero esto, claro, era en el siglo pasado.
En «La primera piedra» Sergi Pàmies narra las angustias de un personaje que participa en las vidas de los que le rodean siempre en calidad de figurante, sin lograr jamás dar un sentido a la suya.
En «El instinto» se narra la historia de un pequeño pueblo que se queda sin luz. Alrededor de este hecho, accidental, la novela avanza encadenando escenas que descubren una curiosa fauna de personajes atrapados por la adversidad y retrata las grandezas y miserias de un pueblo en el que las personas, el río, los animales, las plantas y los objetos comparten el mismo protagonismo. Esta es, en palabras del propio autor, su novela más experimental.
Finalmente, en «Sentimental» Pàmies relata como un hombre va a por tabaco sin saber que nunca más regresará a su casa.
Estas tres novelas cortas fueron publicadas originalmente en catalán y traducidas al español por Marcelo Cohen.
Vale.
Editorial: Anagrama Páginas: 431 Año: 2025 Traducción: Marcelo Cohen |