«El Kremlin de azúcar» es una colección de quince relatos del escritor ruso Vladimir Sorokin, un hombre lo suficientemente cabal y digno como para huir de su país cuando Vladimir Putin ordenó la criminal y genocida invasión de Ucrania y trasladarse a vivir a Berlín (Alemania).
Este conjunto de relatos ambientados en una Rusia distópica del año 2028, a medio camino entre el feudalismo mediaval y un universo hipertecnológico (como ha explicado Sorokin en una entrevista, «nuestros políticos usan iPhones, pero tienen la ética feudal de Iván el Terrible»), son independientes entre sí pero están conectados por un elemento común; la presencia de un Kremlin de azúcar.
En estos relatos satíricos, a ratos grotescos, por momentos inquietantes y siempre ferozmente críticos con el poder, Vladimir Sorokin muestra una marcada por la corrupción, la crueldad, el miedo y las colas para el pan. La dulzura de ese kremlin de azúcar, que regala el Poder con motivo de alguna fiesta importante, contrasta con la amargura de sus vidas. Puede que las historias se desarrollen en el futuro pero el escritor escribe en gran medida sobre la Rusia de hoy.
Las historias, que alternan géneros y tonos —teatral, erótico, propagandístico—, están protagonizadas por diferentes personajes, desde una niña que recibe el «regalo del Soberano», a bufones del palacio pasando por mendigos o torturadores de la Lubianka.
La burla es la gran arma del autor, diferenciándolo de otros autores rusos que optan por el realismo crudo; aquí, el simbolismo distópico amplifica la crítica, mostrando cómo el pasado zarista resucita en un futuro cargado de tecnología.
Con el «El Kremlin de azúcar» Vladimir Sorokin ha escrito un libro que aparece como dulce en la superficie, pero con notas de sangre debajo.
Ideal para quien busque carcajadas amargas ante el autoritarismo global.
Vale.
| Editorial: Acantilado Páginas: 240 Año: 2025 Traducción: Carlos Contreras |





