Jorge Freire: Los extrañados

Me atreveré a escribir que Jorge Freire se ha convertido en uno de los mejores pensadores jóvenes (porque ahora con 39 años eres joven, casi un post-adolescente, al ritmo que llevamos) que hay ahora mismo en España.

A Jorge Freire ya no lo conocemos por estos lares gracias a su anterior libro, ‘La banalidad del bien’ y ahora vuelve a este espacio gracias a ‘Los extrañados’.

Esta nueva obra no es un libro de filosofía en sentido estricto, incluso me atrevería a decir que tampoco en sentido amplio, aunque su origen sí tiene una idea filosófica; la de vivir su cotidianidad como un fenómeno extranjero.

Lo que hace Jorge Freire en los ‘Los extrañados’ es adentrarse en la vida de cuatro escritores y mostrar porqué esos individuos; P. G. Wodehouse, Edith Wharton, José Bergamín y Vicente Blasco Ibañez, acabaron convirtiéndose en una suerte de apátridas, incluso dentro de su propio país.

Para narrar este extrañamiento, de ahí el título, Freire se ha decidido por el relato corto y no por el ensayo. Y hay que reconocer que la apuesta le ha salido bien porque ‘Los extrañados’ se lee con gusto e interés. ¡Ojalá la mitad de los escritores españoles escribiese como este hombre!.

Si hubiese que ponerle una pega a este libro es la elección de José Bergamín. Francamente, ni tan siquiera he leído el relato a él dedicado. Un tipo que en lo más crudo del crudo invierno de las acciones terroristas de la banda ETA no dijo nunca nada contra esos trágicos hechos, sino antes bien, todo lo contrario, apoyaba esas acciones, no merece que le dedique un minuto de mi vida (hay mucho y bueno por leer).

Y es aquí donde a Jorge Freire le sale la vena de filósofo, en ese afán de recuperar a seres despreciables con el argumento que hay que separar al hombre de la obra. Cierto, pero hay que poner un límite, y mi cupo de HDLGP ya está cubierto.

Pero por lo demás bien, un libro que merece la pena ser leído en sus tres cuartas partes (y si tienes estómago para soportar al tonto útil de ETA en su totalidad).

Vale.