El escritor escocés Irvine Welsh tuvo la suerte ( o no, vaya usted a saber) de que con su primera novela «Trainspotting» (1993), logró un notable éxito internacional que se prolongó tres años después con el lanzamiento de la película del mismo título dirigida por Danny Boyle.
Me figuro que no debe de ser nada fácil sobreponerse a semejante éxito y tener que seguir escribiendo porque sabes que eso no va a volver a suceder y que todo lo que escribas será un trabajo menor.
Y esto es lo que le ha sucedido a Welsh, que aunque ha escrito notables novelas, no ha alcanzado aquel éxito primerizo, a pesar de haberlo intentando escribiendo precuelas y secuelas con los personajes de su primera y exitosa novela.
En su nueva novela, «Los cuchillos largos», recupera a un personaje, el inspector de policía Ray Lennox, que apareció por primera vez en «Escoria» (1998) y ya como protagonista en «Crimen» (2010), que fue adaptada para la televisión por el propio Welsh. (Es sabido que si quieres vender muchos libros tienes que escribir o bien novela negra, o romántica o para pre-adolescentes).
En esta oportunidad Lennox tiene que enfrentarse a asesino en serie que mata a hombres a los que les corta sus genitales y después los va dejando por ahí, por ejemplo en la estatua dedicada al escritor Walter Scott, sí el de «Ivanhoe».
A medida que avanza la trama van apareciendo personajes de lo más variado, desde su novia, Trudi, a su psicoterapeuta, Sally Hart, pasando por una profesora y activista trans, y Sick Boy (sí, uno de los protagonistas de «Trainspotting»). Y siempre son ese lenguaje descarnado y lleno de palabras mal sonantes (aunque esta vez menos, ya que en buena medida Irvine Welsh quiere reconciliarse con lo políticamente correcto. Vamos, que se ha hecho woke).
«Los cuchillos largos» es la tercera entrega de la serie protagonizada por el inspector Ray Lennox, un hombre con problemas con las drogas de las que se está desintoxicando, pero no es necesario conocer las entregas anteriores para leer y disfrutar de esta novela que se lee, entretiene y se olvida, que es lo que sucede con las novelas veraniegas.
Vale.
Editorial: Anagrama Páginas: 416 Año: 2025 Traducción: Francisco González, Arturo Peral y Laura Salas |